El Gobierno Corporativo es un tema de auge y actualidad en Colombia debido a que es una excelente herramienta para crear confianza y eficiencia en el manejo societario, promoviendo así un ambiente propicio para la inversión, el desarrollo empresarial y las relaciones de las sociedades en su interior y con grupos interesados en ella.
Las Prácticas de Buen Gobierno han generado gran interés, debido a su importancia en las sociedades modernas, pues estas se han convertido en un requisito casi obligatorio que deben tener las sociedades para que los inversionistas se interesen en ellas.
Debemos tener en cuenta que las organizaciones hoy día necesitan más recursos para fortalecerse y afrontar la globalización y otros fenómenos propios de las economías capitalistas. Las empresas colombianas no son ajenas a estos fenómenos, más aún cuando estamos buscando integraciones económicas (TLCs) con países mucho más desarrollados, donde se espera que la competencia y la inversión se incrementen y, depende mucho de las empresas que estos los beneficien o perjudiquen.
Una de las muchas formas de financiación a que acuden las empresas, es captar dinero de inversionistas, bien sea por medio de una negociación directa o por medio del mercado público de valores. Estas formas de financiación son muy convenientes para las empresas, pues en ambos casos se puede dar la posibilidad de recibir a estos inversionistas como accionistas de la sociedad, entrando estos participar de las decisiones sociales y a compartir los riesgos de la inversión junto con los accionistas originales. Estos nuevos accionistas, en casi todos los casos, entran a la sociedad a ser accionistas minoritarios pues, además de aplicar el muy sonado principio de los inversionistas “no hay que poner los huevos en la misma canasta” e invierten poco dinero pero en varias empresas, las sociedades solamente sacan a la venta una pequeña porción de su capital accionario y por tanto, no ceden el control de la sociedad.
Los inversionistas cuando hacen alguna inversión evalúan su conveniencia con respecto a sus riesgos y si el retorno de la inversión no es consecuente con la misma, aplican el costo de oportunidad y buscan una inversión más segura, pues es claro que entre más riesgo tenga una inversión, más retorno se debe recibir. Uno de los principales riesgos que se presentan en una sociedad para un inversionista es el que se presenta por los problemas de agencia y la posibilidad de extracción de valor o expropiación por parte de los controladores. Estos riesgos se disminuyen, en gran medida, con los Códigos de Buen Gobierno Corporativo pues, como decíamos al inicio de este escrito, crea confianza y eficiencia en el manejo societario y por tanto, un código completo, que siga los lineamientos del buen gobierno y exigible, es una garantía para la inversión.
Las Prácticas de Buen Gobierno han generado gran interés, debido a su importancia en las sociedades modernas, pues estas se han convertido en un requisito casi obligatorio que deben tener las sociedades para que los inversionistas se interesen en ellas.
Debemos tener en cuenta que las organizaciones hoy día necesitan más recursos para fortalecerse y afrontar la globalización y otros fenómenos propios de las economías capitalistas. Las empresas colombianas no son ajenas a estos fenómenos, más aún cuando estamos buscando integraciones económicas (TLCs) con países mucho más desarrollados, donde se espera que la competencia y la inversión se incrementen y, depende mucho de las empresas que estos los beneficien o perjudiquen.
Una de las muchas formas de financiación a que acuden las empresas, es captar dinero de inversionistas, bien sea por medio de una negociación directa o por medio del mercado público de valores. Estas formas de financiación son muy convenientes para las empresas, pues en ambos casos se puede dar la posibilidad de recibir a estos inversionistas como accionistas de la sociedad, entrando estos participar de las decisiones sociales y a compartir los riesgos de la inversión junto con los accionistas originales. Estos nuevos accionistas, en casi todos los casos, entran a la sociedad a ser accionistas minoritarios pues, además de aplicar el muy sonado principio de los inversionistas “no hay que poner los huevos en la misma canasta” e invierten poco dinero pero en varias empresas, las sociedades solamente sacan a la venta una pequeña porción de su capital accionario y por tanto, no ceden el control de la sociedad.
Los inversionistas cuando hacen alguna inversión evalúan su conveniencia con respecto a sus riesgos y si el retorno de la inversión no es consecuente con la misma, aplican el costo de oportunidad y buscan una inversión más segura, pues es claro que entre más riesgo tenga una inversión, más retorno se debe recibir. Uno de los principales riesgos que se presentan en una sociedad para un inversionista es el que se presenta por los problemas de agencia y la posibilidad de extracción de valor o expropiación por parte de los controladores. Estos riesgos se disminuyen, en gran medida, con los Códigos de Buen Gobierno Corporativo pues, como decíamos al inicio de este escrito, crea confianza y eficiencia en el manejo societario y por tanto, un código completo, que siga los lineamientos del buen gobierno y exigible, es una garantía para la inversión.
